El icono no es una obra arbitraria, pintada según la imaginación del artista, sino que es el resultado de la experiencia colectiva de la Iglesia, una experiencia de dos mil años. Son pintados de acuerdo con reglas y técnicas especiales, llamados cánones. Son ejecutados por iconógrafos que los han estudiado y trabajan rezando. Es arte sacro.

Cristo dijo: ”Mi Reino no es de este mundo”. Los iconos son ventanas de nuestro mundo físico hacia ese Reino, que es invisible a los ojos. Las imágenes de las personas santas que vemos en los iconos no son retratos de esas personas según su apariencia en el tiempo que les tocó vivir en la tierra. Son las imágenes de esas personas según existen ahora y para siempre del otro lado de esa ventana que es el icono.